Un joven cazador de 31 años falleció ayer al ser alcanzado por una bala perdida cuando la cuadrilla en la que participaba intentaba dar caza a un jabalí en Villaorille, en Quirós. Según fuentes cercanas al caso, los primeros indicios apuntan a que una bala disparada por un compañero rebotó en un árbol o en una piedra alcanzán a Fidel Megido González, natural de Casomera (Aller) y vecino de Oviedo, que murió en el acto. La Guardia Civil investiga de qué arma salió la bala y las circunstancias del suceso.
Los hechos ocurrieron entre las 13.30 y las 14.00 horas en una zona de matorral próxima al embalse de Valdemurio. La cacería había salido a subasta el pasado lunes y en ella participaban cazadores del concejo de Aller con monteros de Quirós.
El lugar en el que se produjo el accidente de caza es un área de reducidas dimensiones, por lo que se montaron seis puestos. Según el relato inicial de las fuentes consultadas, la cuadrilla localizó a un jabalí y dispararon para abatirlo. Fue cuando salieron de sus puestos para rematarlo cuando encontraron el cuerpo de joven.
Fuentes de la Guardia Civil de la Comandancia de Oviedo explicaron que Fidel Megido González recibió un solo impacto, pero le supuso la muerte instantánea.
Al lugar del accidente se trasladaron varias patrullas de la Guardia Civil además de agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Oviedo, cuya misión es ahora averiguar de qué arma salió el disparo.
Según explicaron fuentes próximas a la investigación, los primeros indicios apuntan a la posibilidad de que una de las balas diera con un árbol o una roca y saliera rebotada, impactando en el joven.
La Guardia Civil evitó hacer suposiciones y se limitó a indicar que el trabajo de los agentes ahora consistirá en "investigar y realizar las gestiones oportunas para ver de qué arma salió la bala y desde qué ángulo se disparó, para poder esclarecer las circunstancias en las que se produjo el suceso".
La noticia del fallecimiento de Fidel Megido González se extendió rápidamente por el concejo de Aller y supuso un duro golpe para los vecinos de Casomera y del entorno, donde él y su familia son muy conocidos. Al principio surgieron informaciones contradictorias y algunas incluso inciertas, como que su padre le acompañaba en la cacería, lo que fue posteriormente desmentido por fuentes próximas a la familia. Lo que sí daban todos por supuesto es que se trató de un accidente.