La protección del oso pardo en Asturias ha sido un éxito. Hemos pasado de poco menos de 50 ejemplares a más de 200 en la subpoblación occidental. Pero ¿puede llegar el día en que tengamos osos por encima de las posibilidades de nuestro territorio?
Vean lo que está pasando en Turquía y en Florida, donde las poblaciones de hombres y plantígrados empiezan a colisionar.
Un equipo internacional de biólogos rastreó mediante GPS a un grupo de 16 osos pardos en el Parque Nacional de las Montañas Allahuekber y el bosque Sarikamis, en Turquía. El resultado de esta investigación, publicado en el "Journal of Zoology", según informa la agencia Sinc, ha sido doble. Por un lado, descubrieron que una parte de estos osos se hicieron emigrantes: recorren distancias 100 y 250 kilómetros para alimentarse, dado que sus espacios naturales ya están ocupados por el hombre. Por otro lado ha descubierto que algunos de los ejemplares empezaron a acudir a alimentarse a "la fuente más confiable de alimentos que pudieron encontrar: el basurero de la ciudad de Sarikamis". ¿Los veremos algún día, en Asturias, acercarse al vertedero de Cogersa? Los expertos saben que si clausuran el vertedero turco, lo más probable es que los osos "se aventuren hacia la ciudad y entren en contacto con los seres humanos, lo que generará conflictos e inseguridad". ¿Les suena? ¿Han visto jabalíes en el centro de Oviedo?
En Florida también se están planteando cómo compaginar la coexistencia de los grandes depredadores silvestres y el ser humano en entornos ya saturados. Lo cuenta National Geographic. En Florida, el estado más poblado del país, debaten sobre volver a cazar osos. Hace cuatro décadas sólo quedaban 500 de los 11.000 que llegó a haber. En 1994, se prohibió su caza. En la actualidad hay 4.350 ejemplares. Esos números llevaron a que el año pasado se autorizase la caza, por primera vez en 21 años. Pero la masacre consiguiente y las protestas ciudadana (en una de las unidades de caza los cazadores se embolsaron 113 ejemplares cuando la cuota era de 40) llevó a establecer de nuevo la veda. Ahora las cacerías vuelven a estar suspendidas hasta 2017. El debate está abierto. Hay 6.000 incidentes anuales entre osos y humanos. La mayoría, por osos que vagan por las afueras y se acercan a comer la basura doméstica. Eso sí, cuando hay personas heridas siempre es por el comportamiento de los humanos. Algunos expertos subrayan, de hecho, que el problema no está tanto en el aumento de la población osera como en que se sienten atraídos por nuestros desperdicios. En Florida preparan las escopetas. ¿En Asturias?