El proyecto de la Federación de Caza de la Comunitat para destinar carne de caza a personas necesitadas dio ayer un paso de gigante. Según fuentes de la institución, cuenta con el apoyo de la Conselleria de Sanidad, de la que depende la habilitación de mataderos para el despiece de esta carne y los controles que la declaran apta.
El proyecto bautizado como Caza Solidaria será desarrollado conjuntamente a partir del 1 de septiembre. Consistirá en «acciones puntuales, previamente acordadas, que activarán un protocolo para repartir la carne de caza entre comedores sociales y organizaciones no gubernamentales».
El acuerdo surgió de un encuentro celebrado ayer por la mañana en la Conselleria de Sanidad. A la reunión asistieron la propia consellera, Carmen Montón, y el subdirector general de Salud Pública, Vicent Yusà. Los responsables autonómicos se entrevistaron con el presidente de la federación, Vicente Seguí, que acudió acompañado por los vicepresidentes y delegados provinciales. «Para la Federación de Caza el apoyo de la administración valenciana es vital para que este proyecto pueda convertirse en una realidad», destacó Seguí. «Era difícil que pudiéramos llevarlo a cabo en solitario por la normativa que hay que cumplir en el despiece de piezas y control veterinario en las donaciones entre entidades», añadió.
El presidente de la federación agradeció «la sensibilidad mostrada por todas las partes implicadas, desde la Administración al colectivo de cazadores». «Demuestra que siempre hay soluciones ante los problemas sociales», celebró.
El proyecto se iniciará con acciones piloto conjuntas para, a partir de la experiencia, determinar los mejores protocolos de trabajo.
La iniciativa de donar la carne de caza procedente del control de especies cinegéticas y de campeonatos se materializó el pasado 19 de enero, cuando la federación inició los trámites para solicitar la colaboración de la administración.
La entidad agrupa a unos 40.000 cazadores que pertenecen a medio millar de clubes de caza distribuidos por toda la región. Están obligados a ejercer un control poblacional de especies en los acotados que gestionan y en ocasiones son llamados a intervenir en espacios ajenos.